San Benito y el veneno del ocio: una alarma para padres y almas dormidas

San Benito y el veneno del ocio: un grito para almas dormidas
“La ociosidad es enemiga del alma”, escribió San Benito, no como exageración, sino como advertencia. En un mundo saturado de pantallas y distracciones, el ocio moderno se ha disfrazado de “entretenimiento”, pero actúa como veneno: debilita la voluntad, apaga la oración y adormece la conciencia.
Hoy, más que nunca, es urgente despertar. Padres: sus hijos están siendo moldeados por lo que consumen. Jóvenes: su vocación está en riesgo cuando el ruido ahoga la voz de Dios. Adultos: no es falta de tiempo, es exceso de distracción.
San Benito entendió que el alma necesita orden, oración y esfuerzo para crecer. Él nos grita desde su regla: “Luchen contra el ocio. No lo permitan en sus casas”. El tiempo no es suyo: es un don de Dios que Él pedirá de vuelta.
No se salvan los distraídos. Se salvan los vigilantes.