Por el R. P. Esteban Anticoli, de la Compañía de Jesús.
Modo y tiempo de hacer la Novena
La Novena puede hacerse en casa o en la Iglesia, durante nueve días seguidos.
Meditación del día
Lea con calma los puntos de la meditación correspondiente y deténgase donde encuentre más fruto, luz o consuelo.
Cuándo hacer la Novena
Puede hacerse:
Como preparación para la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
En cualquier otro tiempo, para pedir una gracia especial o ayuda en alguna necesidad.
DÍA PRIMERO
La Virgen se aparece a Juan Diego y le manda que vaya a hablar con el Obispo.
Relato
“Vio Juan Diego, en medio de aquella claridad, a una hermosísima Señora, muy semejante a la que hoy se ve en su bendita Imagen, que representa a una noble jovencita azteca de unos catorce a quince años.
Y hablándole con semblante apacible en idioma mexicano, le dijo:
‘Hijito mío, Juan Diego, ¿adónde vas?’
Respondió el indio:
‘Voy, noble niña y Señora mía, a México, al barrio de Tlatelolco, a oír la Misa que nos muestran los Ministros de Dios.’
Y la Virgen le dijo:
Sábete, hijo mío muy querido, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, Autor de la vida y Criador del cielo y de la tierra.
Y es mi deseo que se me labre un templo en este sitio, donde, como Madre cariñosa tuya y de tus semejantes, mostraré mi amor y compasión por los naturales y por todos los que soliciten mi amparo y me invoquen en sus trabajos y aflicciones…’”
Reflexión
La revelación que recibió Juan Diego estaba dirigida a un fin sobrenatural: honra de Dios, culto de su Santísima Madre, alivio y consuelo de los afligidos. Nada terreno se proponía como premio al mismo Juan Diego, y expresamente se le decía:
“Yo pagaré con la gloria tu trabajo y tu diligencia”.
De la misma manera, si los buenos pensamientos que tenemos miran únicamente al culto divino, al bien de las almas, y no contienen nada humano que pueda halagar nuestra vanidad o nuestro amor propio, podemos prudentemente juzgar que vienen de Dios. De otro modo, debemos desconfiar mucho.
ORACÍON
“¡Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro auxilio, haya sido abandonado por Vos.
Animado con esta confianza, yo también acudo a Vos, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a presentarme ante vuestra presencia soberana.
No despreciéis, oh Madre de Dios, mis súplicas; antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Se rezan tres Avemarías, repitiendo en cada una:
No, nunca te alejes, No faltes jamás; Si somos tus hijos, ¡Oh Madre, piedad!
℣. Ruega por nosotros Santa María Virgen de Guadalupe.
℟. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos.
¡Oh Dios!, que al colocarnos bajo el singular patrocinio de la Santísima Virgen María quisiste colmarnos de perpetuos beneficios, te suplicamos nos concedas que así como nos alegramos hoy de su conmemoración en la tierra, consigamos gozar de su presencia en el cielo. Así te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Nos cum Prole pia Benedicat Virgo María.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .SEGUNDO DÍA
Relato
“En unas casas ubicadas en donde después fue construido el Palacio Arzobispal, vivía por este tiempo el V. Fray Juan de Zumárraga, de la Orden Seráfica, quien tres años antes había llegado a México con el título de Obispo Electo y de Protector de los Indios.
A este verdadero Padre de los Mexicanos y Apostólico Varón refirió Juan Diego, con sencillez, lo que pocas horas antes había visto y oído.
El Santo Prelado ‘oyó con admiración lo que le refería el indio, extrañando un caso tan prodigioso; y aunque le hizo muchas preguntas acerca de lo que había referido, y lo halló constante, con todo lo despidió diciéndole:
“Hijo mío, otra vez vendrás, y con calma te oiré para satisfacer tu deseo…”’
Reflexión
Aunque la Virgen sabía todo lo acontecido, escucha con benevolencia la relación que le hace su humilde mensajero. Imitemos a la Virgen; y aunque estemos muy bien enterados de todo, permitamos que quienes vienen a hablarnos manifiesten a su modo sus penas y necesidades; escuchémoslos con afabilidad y mostrémonos empeñados en ayudarles.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .TERCER DÍA
Por mandato de la Virgen, vuelve Juan Diego a hablar con el Obispo.
Relato
“El día siguiente, domingo 10 de diciembre, Juan Diego, después de haber oído la Misa y asistido a la doctrina en la Iglesia de Santiago de Tlatelolco, a eso de las diez volvió a la casa del
Obispo; y humillado en su presencia, le dijo con lágrimas y gemidos que, por segunda vez, había visto a la Madre de Dios en el mismo lugar donde la vio la primera vez; y que de nuevo le había mandado volver a su presencia y decirle que le edificase un templo, y que le asegurase cómo era la siempre Virgen María, Madre de Dios, la que lo enviaba.
El Obispo lo oyó con mayor atención y empezó a inclinarse a darle crédito; y para asegurarse más del hecho le hizo diversas preguntas y repreguntas, amonestándole que considerase bien lo que decía. Y aunque reconoció que no podía ser sueño ni ficción del indio, para asegurar mejor la certidumbre de este asunto le dijo que no era suficiente lo que había dicho para poner luego en obra lo que pretendía; y que así le dijese a la Señora que lo enviaba que le diese alguna señal, por la cual conociese que era la Madre de Dios la que lo enviaba y que era su voluntad que se le edificase un templo…”
Reflexión
Fruto de la obediencia de Juan Diego a la Virgen y de la humilde y respetuosa manera con que volvió a hablar, fue que el Santo Prelado empezó a inclinarse a darle crédito y tomar en consideración lo que el indio le proponía, aunque se trataba de un negocio tan importante y extraordinario.
Cuando nuestras súplicas van acompañadas de humildad y sujeción debida, quienes nos dirigen se inclinan a condescender a nuestros ruegos; por el contrario, la manera porfiada y poco comedida los obliga, por decirlo así, a resistirnos.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA CUARTO
La Virgen sale al encuentro de Juan Diego, que iba a México a llamar a un Misionero para su tío moribundo.
Relato
“El lunes 11 de diciembre, Juan Diego no acudió al Cerrito, como se lo había mandado María Santísima, para recibir la señal que el Obispo había pedido.
Porque, vuelto a su casa, halló a su tío Juan Bernardino atacado de una fiebre peligrosa (análoga al tifo o tabardillo pinto), que los indios llamaban cocoliztli, y todo el día anduvo buscando a un médico de los suyos para que le aplicara algún remedio.
Pero, a pesar de las medicinas, el enfermo, sintiéndose más agravado por la noche, rogó a su sobrino que tomase la madrugada, antes que amaneciera, y fuese al Convento de Santiago Tlatelolco a llamar a uno de los Religiosos para que le administrase los Sacramentos de la Penitencia y la Extremaunción.
Cogió Juan Diego la madrugada del día martes 12 de diciembre, y así como empezó a esclarecer, habiendo llegado al sitio por donde debía subir a la cumbre del Cerrito por la parte de Oriente, le vino a la memoria el no haber vuelto el día anterior a obedecer el mandato de la Santísima Virgen.
Y le pareció, en su candidez, que tomando otra vereda que seguía por lo bajo o falda del montecillo, la Virgen no lo vería ni lo detendría. Y como requería prisa el negocio al que iba, y después podría volver a pedir la señal para el Señor Obispo, así lo hizo y tomó el camino por la parte que mira al Mediodía…”
Reflexión
La Virgen, para avivar la fe y confianza del corazón de Juan Diego, le recuerda los títulos y motivos para confiar en Ella.
De igual manera aconsejan los Maestros y Teólogos místicos que, cuando nos hallamos en desolación —abatidos, tristes, sin confianza y como abandonados de Dios— debemos recordar aquellas ocasiones en que el Señor nos consoló con sus beneficios, de donde sacamos que Él volverá a consolarnos y a devolvernos la alegría de su salvación.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA QUINTO
Juan Diego recoge en el Cerrito las flores milagrosas y las lleva por mandato de la Virgen al Obispo.
Relato
“Desde cerca del Pocito, donde lo encontró, la Virgen Santísima, acompañada de Juan Diego, se adelantó unas setenta y cinco varas hasta la raíz del cerro; y deteniéndose en el lugar donde después se construyó la primera Ermita, le dijo:
‘Súbete, hijito mío muy amado, a la cumbre del cerro en que me has visto y hablado, y corta las flores y rosas que hallarás allí; recógelas en tu tilma y tráelas acá, y te diré lo que has de hacer y pedir. Obedeció el indio sin réplica…”
Reflexión
El indio sabía que no era tiempo de flores, que hacía frío, y que en aquel cerro seco y pedregoso nunca había visto rosas. Humanamente, era imposible encontrarlas allí. Sin embargo, porque la petición venía de la Virgen, subió sin protestar, confiando más en su palabra que en su propia experiencia.
Ahí está la gran lección para nosotros: cuando sabemos que una indicación viene de Dios —o de quien Él ha puesto en su lugar— no debemos quedarnos dando vueltas a nuestras razones humanas, sino obedecer con Fe. El justo vive de la Fe, nos recuerda la Escritura; no de cálculos, ni de seguridades humanas.
Nuestro Señor dijo a los Apóstoles: “Quien a vosotros oye, a mí oye” (Lc 10,16). Por eso, siguiendo el espíritu de San Ignacio, la obediencia cristiana es fiarse de que Dios, en su Providencia, se sirve de personas, circunstancias y mandatos concretos para guiarnos hacia nuestra salvación.
Nada de lo que ocurre en nuestra vida escapa a los ojos de Dios. Incluso lo que no entendemos, incluso lo que parece contrario a nuestros planes, está permitido por Él para nuestro mayor bien. Si aprendemos a obedecer y a confiar como el indio de Guadalupe, también en medio del “invierno” de nuestra vida Dios hará brotar flores donde sólo veíamos espinas.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA SEXTO
La Virgen se aparece a Juan Bernardino moribundo, le restituye entera salud y le manda que manifieste al Obispo el nombre que dio a su Imagen.
Relato
“Este mismo día, martes doce de diciembre, mientras Juan Diego, de mañana muy temprano y caminando con toda diligencia, iba a llamar a un sacerdote que auxiliara a su tío moribundo, la Virgen María se apareció al enfermo en la misma forma y semblante en que había aparecido a Juan Diego.
Y acercándose como tierna Madre a su cabecera, le dijo que Ella era la Virgen María, Madre de Dios, y que le había aparecido para darle entera y perfecta salud.
Al punto Juan Bernardino se sintió bueno y sano…”
Reflexión
La Santísima Virgen, restituyendo entera salud a Juan Bernardino —como había revelado a su sobrino Juan Diego— confirmó lo que le había dicho: que corría por su cuenta todo lo que a él se refería.
Si nosotros procuramos cumplir nuestros deberes, el Señor tomará también por su cuenta nuestros intereses, no solo espirituales, sino también temporales.
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas (temporales) se os darán por añadidura”. (Mt 6, 33).
Incluso en los estudios de ciencias y letras, si sucediese interrumpirlos por caridad o por obediencia, más adelantados nos hallaremos; porque Dios, que es Señor de las ciencias, nos dará mayor luz y capacidad de entendimiento para aprender en menos tiempo.
De aquí que San Buenaventura solía decir:
“La ciencia que se deja por la virtud, con mayores creces se adquirirá por efecto de la virtud misma”.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA SÉPTIMO
Aparición de la Santa Imagen en presencia del Obispo
Relato
“Muy alegre Juan Diego con la señal de las flores milagrosas, llegó a la casa del Obispo y suplicó a algunos familiares que le avisasen de la respuesta que traía.
Estos, todavía resentidos por no haberle podido encontrar el domingo pasado por la tarde, lo recibieron muy mal y no hicieron caso de su petición.
Pero, habiendo advertido que el indio abarcaba en su manto alguna cosa, quisieron registrarlo. A pesar de su natural cortedad y encogimiento, el pobre Juan Diego resistió cuanto pudo; pero, al fin, venció la porfía de los familiares, que registraron la manta y vieron las flores y rosas.
Admirados así de su hermosura y fragancia, como de lo intempestivo de ellas —por ser invierno—, quisieron tomar algunas; pero al aplicar las manos, por tres veces les pareció que no eran verdaderas, sino pintadas o tejidas con arte en la misma manta.
Corrieron luego a avisar al Obispo, refiriéndole lo que les había sucedido con unas flores y rosas que traía el indio…”
Reflexión
Para mayor confirmación del origen sobrenatural de la Santa Imagen que luego, en presencia del Obispo, apareció pintada en la misma tilma, el Señor obra un nuevo milagro en las mismas flores milagrosas que Juan Diego traía.
Los familiares no vieron más que flores y rosas, lo cual los llenó de admiración; y ésta subió más de punto por lo que les aconteció cuando quisieron tomar alguna en sus manos.
Si los familiares tanto se admiraron por haber visto flores y rosas, ¡cuánto más se hubieran admirado de ver una Imagen tan primorosa pintada en la manta de un pobrísimo indio!
Y así como avisaron al Obispo que el indio traía aquellas flores, también le habrían dado aviso de que junto con ellas traía una hermosísima Imagen de la Virgen.
Pero lo único que le dijeron fue que “estaba esperando aquel indio que otras veces había venido a verle”, repitiéndole lo que habían experimentado en unas rosas que él afirmaba traerle, y ellos entendían eran solamente aparentes, esculpidas y dibujadas en la manta.
Otras reflexiones podrán hacer el piadoso lector sobre este punto de tanta importancia, para demostrar que la Santa Imagen no es obra de hombre, sino de Dios.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA OCTAVO
Solemne procesión y colocación de la Santa Imagen en su primera Ermita
Relato
Divulgada la noticia del portentoso suceso, empezaron luego —los indios especialmente— a concurrir al Oratorio del Obispo para admirar y adorar la Imagen celestial de la noble Indita y Madre de Dios.
“Toda la ciudad se alborotó —refiere el autor contemporáneo en su relación escrita en lengua mexicana—; toda la ciudad con los barrios de los indios se alborotó para ver a la Santísima Imagen. Veían cómo milagrosamente se apareció, y que ninguno del mundo la había pintado en la manta de Juan Diego”.
Pero, como cada día crecía más el concurso al Oratorio, el Santo Prelado trasladó la Santa Imagen con las rosas milagrosas a la Iglesia Mayor, que fue después Catedral.
Asegurado mientras tanto de que la pequeña y pobre Ermita estaría acabada dentro de pocos días —por ser muchísimos los indios que con ardor trabajaban en ella de día y de noche—, hizo notificar a todos que en el próximo día 26 de diciembre, segundo día de Pascua de Navidad, la Santa Imagen, con solemne procesión, sería trasladada al Tepeyac y colocada en su Ermita.
Y así se ejecutó con la solemnidad y pompa que todos sabemos.
Los infatigables indios llenaron de arcos y enramadas toda la calzada —que es de una legua— desde la Iglesia Mayor a la Ermita; cubrieron todo el suelo de hierbas olorosas y de muchas y diversas flores que habían traído de los pueblos de tierra templada, donde las hay todo el año.
De trecho en trecho dispusieron coros de músicas y grupos de diestros danzadores, vestidos de los ricos y vistosos adornos de preciosa plumería de que se ataviaban en los bailes, que ellos llaman mitotes.
Otros, y en mayor número, vestidos de sus adornos guerreros, armados de sus arcos y flechas y de una especie de espada que llamaban macana, recorrían la calzada y se formaban en línea como los soldados españoles, para acompañar la procesión.
Reflexión
Tierna escena fue esta procesión, si se tienen en consideración todas las circunstancias de tiempo, lugar y personas en que se hizo.
Diríase que en aquella procesión estaba representado el antiguo y el nuevo continente: vencidos y vencedores, hermanos ya en la Fe, se esmeraban en obsequiar a la común Madre celestial que sentaba su trono —precisamente en medio de las Américas— para ser reconocida como Soberana del Nuevo Mundo.
¿Y de qué humildes principios tuvo origen este hecho grandioso que iba a renovar la faz de estas tierras, acabadas de descubrir?
Demos gracias a la Virgen por haberse aparecido como la Estrella de la mañana para disipar las tinieblas de la idolatría; démosle gracias también por habernos dejado en su Imagen celestial un recuerdo perpetuo de su protección y amor.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .DÍA NOVENO
Consecuencias de la Aparición
Relato
El colmo de los honores que la Iglesia tributa a las santas Imágenes insignes por antigüedad, por milagros y por devoción popular es coronarlas con coronas de oro, según un ceremonial muy a propósito compuesto para semejantes funciones.
Desde el año de 1740, el Cabildo Vaticano había decretado este obsequio a la celestial Imagen de nuestra Patrona. Pero no pudo efectuarse sino mucho tiempo después, cuando el Pontífice
Romano León XIII dio al Arzobispo de México el encargo especial de coronar en su nombre y con su autoridad la augusta Imagen de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe.
Para esta solemnísima función se amplió y decoró la Colegiata, y se remitieron invitaciones a todos los Obispos de las Américas; y el sábado 12 de octubre de 1895, en presencia de cuarenta y más Obispos entre los de México y de otras naciones, de cien sacerdotes y de cincuenta mil fieles, el Arzobispo de México, en nombre del Supremo Pastor de la Iglesia Católica, coronó con preciosísima corona de oro la celestial Imagen de Santa María de Guadalupe, Patrona,
Reina y Madre de los Mexicanos.
Renunciamos a describir el entusiasmo y arrebato de los circunstantes en esta ocasión.
Pero es muy digno de notarse que, mientras el día 3 de julio de 1876 a la Coronación de la Inmaculada en Lourdes asistieron treinta y cinco Obispos —siete de los cuales eran de otras naciones—, tres mil sacerdotes y cien mil fieles, en México los Obispos fueron más de cuarenta en la Coronación de la Imagen de nuestra Patrona.
Pero en Francia las distancias no son tan grandes, los medios de viajar son más fáciles, cuéntanse ochenta y cinco entre Arzobispos y Obispos, el clero es mucho más numeroso y la población no baja de treinta y ocho millones.
Por el contrario, en México —así como en las demás Américas— las distancias son verdaderamente inmensas por lo extensas que son estas regiones; muy escasos los medios de transporte; en mucho menor número los Obispos y sacerdotes; y la población llega, a lo sumo, a doce millones.
Reflexión
Muy grabadas deben quedar en nuestros corazones las palabras que Nuestro Santísimo Padre León XIII dirigió a la Nación Mexicana en su Carta del 2 de agosto de 1894, a los Arzobispos y Obispos de la República:
“Con todo el amor de nuestro corazón, Nos exhortamos por vuestro medio —Venerables Hermanos— a la Nación Mexicana a que mire siempre y conserve esta veneración y amor a la piadosísima Madre de Dios, que se venera bajo el título de Guadalupe la gloria más insigne y fuente de los bienes más apreciables. Y, sobre todo, respecto a la Fe Católica —que es el tesoro más precioso, pero que corre más riesgo de perderse en estos tiempos— persuádanse todos y estén íntimamente convencidos de que esta Fe durará entre vosotros en toda su integridad y firmeza mientras se mantenga esta piedad y devoción, digna en todo de la de vuestros antepasados.
Todos, pues, cada día más, con el mayor empeño posible, veneren y amen a la gran Patrona
Mexicana, para que cada día los beneficios de su poderoso patrocinio aumenten el bienestar y la paz de toda la nación”.
De este modo se cumplirán en nosotros las palabras rituales que son pronunciadas en el acto de la Coronación:
“Así como por nosotros, oh Señora, sois coronada en la tierra, así, mediante vuestra intercesión por Jesucristo vuestro Hijo, seamos coronados de gloria y honor en el cielo.
Amén”.
Oración como al final del Día Primero.
👉Este año la Virgen ha recibido muchas ofensas… si desea unirse al acto de reparación que realizaremos el 11 de diciembre en el Santuario, registre aquí su intención .