San Jerónimo y la seriedad de la fe: la caridad de corregir al que yerra

San Jerónimo, Doctor de la Iglesia y traductor de la Biblia, nos enseña que la fe no se vive a medias: exige coherencia, seriedad y valentía. En una época donde reina el relativismo, su figura resalta por su celo apasionado por la verdad y su amor auténtico, que lo llevó a corregir con firmeza los errores doctrinales, no por dureza, sino por caridad verdadera.

Corregir al que yerra es una obra de misericordia olvidada. Jerónimo nos recuerda que callar ante el error no es neutralidad, sino complicidad. El amor cristiano implica orientar al otro hacia la verdad, aunque eso cueste incomodidades o rechazo.

Su ejemplo nos interpela: ¿vivimos nuestra fe con convicción o preferimos el silencio para evitar conflictos? Como Cristo, Jerónimo combinó la misericordia con la firmeza, convirtiendo su fuerte carácter en instrumento de defensa del Evangelio.

Hoy, su testimonio nos llama a hablar con respeto pero sin ambigüedad, a corregir con prudencia y valentía, y a no ceder ante la tentación de una fe cómoda y superficial. Corregir al que yerra, cuando se hace con amor, es una de las formas más altas de caridad.