La Dormición y la Asunción de María: El Camino que Usted También Puede Recorrer

La Dormición de la Virgen María no fue un final triste, sino un tránsito glorioso: una muerte real, seguida inmediatamente de su resurrección y Asunción al cielo, escoltada por ángeles hasta el trono preparado por la Santísima Trinidad. Según el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira, María quiso imitar a su Hijo incluso en ese último paso, dejando en la Iglesia un “perfume” de pureza, intercesión y consuelo que perdura por los siglos.

Este misterio no es solo memoria del pasado, sino promesa para toda alma fiel: quien vive en gracia y medita los novísimos podrá unir su hora final a la de María, con paz y esperanza, para entrar en la gloria eterna. La Asunción nos recuerda que la meta de la vida cristiana es un tránsito santo y luminoso hacia Dios, donde la Madre del Cielo nos recibirá como hijos suyos.